¿Cómo funcionan los anticonceptivos?
Primero, repasemos qué es lo que ocurre en un ciclo menstrual natural, para poder comprender bien el funcionamiento de los anticonceptivos.
- El ciclo menstrual empieza en el cerebro, cuando este le manda una señal a los ovarios para que el folículo (la bolsita donde se encuentra el óvulo inmaduro) empiece a madurar.
- Con ese estímulo por parte del cerebro, el óvulo va madurando y el ovario produce estrógeno cada vez en mayor cantidad, hasta llegar a niveles máximos.
- Cuando se alcanza el pico máximo de estrógenos, el óvulo es liberado del ovario (desencadenando la ovulación).
- Con la expulsión del óvulo, se crea el cuerpo lúteo, una glándula temporal que produce progesterona, hormona encargada de sostener el endometrio para recibir el óvulo fecundado.
- Cuando el cuerpo detecta que no ha habido fecundación, los niveles de progesterona decaen y el endometrio cae también, dando como resultado la menstruación.
Y el ciclo vuelve a empezar.
Los anticonceptivos hormonales están compuestos por hormonas sintéticas, generalmente una combinación de estrógeno y progestina sintéticas, que son liberadas al torrente sanguíneo de manera constante durante todo el ciclo.
Esta dosis diaria de hormonas sintéticas evita que el cerebro mande la señal a los ovarios para que trabajen, pues el cerebro interpreta que esas hormonas las está liberando el ovario y, por tanto, no es necesario mandarle ningún estímulo.
En otras palabras, estamos engañando al cerebro y cortando la comunicación que hay entre cerebro-ovarios.
En esta imagen puedes ver la diferencia de los niveles hormonales a lo largo de un ciclo natural sin anticonceptivos comparado con un ciclo con el uso de anticonceptivos.
Si los ovarios no reciben esa señal por parte del cerebro, se apagan. Si los ovarios no trabajan, no se produce estrógeno natural, lo que a su vez suprime la ovulación. Y como resultado, no se produce la menstruación, ya que esta es el resultado de un proceso ovulatorio.
Si no ovulamos, no menstruamos, aunque podemos sangrar. El sangrado que tenemos con los anticonceptivos no es una menstruación real, es lo que llamamos un «sangrado por deprivación», o por abstinencia del medicamento.
Además de inhibir la ovulación, los anticonceptivos hormonales también tienen estos dos mecanismos de acción:
- Reducen el grosor del revestimiento uterino: el estrógeno y la progesterona tienen efectos sobre el endometrio, el revestimiento del útero. El estrógeno promueve su crecimiento, preparándolo para la posible implantación de un óvulo fecundado, mientras que la progesterona mantiene esta capa en su lugar. Al no haber presencia de estas hormonas naturales, el endometrio no se desarrolla tanto, lo que ocasiona sangrados menstruales más ligeros y menos intensos en color.
- Alteran el flujo cervical: tanto el estrógeno como la progesterona tienen efectos sobre el cuello uterino. Con el aumento de estrógeno, las glándulas del cuello uterino producen un moco cervical más fértil, que ayuda a los espermatozoides a sobrevivir en la cavidad reproductiva de la mujer durante varios días. Por otro lado, la progesterona espesa y acidifica este moco, formando un tapón que bloquea el paso de los espermatozoides. Los anticonceptivos hormonales estimulan la producción de este tipo de moco cervical más grueso y denso.
¿Cuáles son los distintos tipos de anticonceptivos que existen?
Anticonceptivos hormonales que inhiben la ovulación
- Píldoras orales: son pastillas anticonceptivas que contienen una combinación de estrógeno y progestina artificiales. Las marcas varían según la cantidad y ritmo de liberación del estrógeno y según el tipo de progestina. Se deben tomar a diario.
- Inyectables: preparado hormonal inyectable que se administran cada cierto tiempo para prevenir la ovulación (cada 1 ó 3 meses, según su composición, y debe ser administrado por un profesional sanitario). Contiene una combinación de estrógeno y progestina artificiales.
- Implantes subcutáneos: varilla de silicona que se inserta debajo de la piel (normalmente en el brazo) y libera gestágenos artificiales para inhibir la ovulación. Su uso es de entre 3 y 5 años, y debe ser colocado y retirado por un profesional sanitario.
- Dispositivo intrauterino (DIU) hormonal: un dispositivo de plástico en forma de T que se coloca al fondo del útero a través de la vagina y libera gestágenos artificiales para prevenir la ovulación. Su uso es de entre 3 y 10 años, según el modelo, y debe ser introducido y retirado por un profesional sanitario.
- Anillo vaginal (Nuvaring): un aro de plástico flexible que se inserta en la vagina y libera estrógeno y progestina artificiales. La dosis de hormonas es má baja, pero va directamente al torrente sanguíneo sin pasar por el hígado (a diferencia de las pastillas orales). Puedes insertarlo tú misma, no es necesaria la intervención de un profesional. Permanece dentro de la cavidad vaginal durante 3 semanas seguidas y se retira durante 1 semana.
- Parche: parche que se adhiere a la piel y libera estrógenos y progestina artificial para inhibir la ovulación. Se debe cambiar semanalmente.
Anticonceptivos no hormonales que no inhiben la ovulación
De barrera:
- Preservativo masculino ("condón"): barrera de látex o poliuretano que recubre el pene antes de la penetración para evitar que el esperma llegue al óvulo. Solo vale para una eyaculación. Su uso es para una relación coital, no es reutilizable.
- Preservativo femenino: dispositivo de poliuretano lubricado de talla única que se introduce en la vagina para evitar que el esperma llegue al óvulo. Solo vale para una eyaculación. Su uso es para una relación coital, no es reutilizable.
- Diafragma: un dispositivo de látex o silicona en forma de cúpula que se coloca dentro de la vagina y cubre el cuello uterino para bloquear el paso del esperma. Puedes ponerlo hasta 24 horas antes del coito y debe ser retirado 6 horas después. Tiene una duración de aproximadamente 2 años.
- Espermicidas: sustancias químicas en formato espuma o crema que se introducen en la vagina para matar o inmovilizar el esperma. Debe ser utilizado como complemento a otros métodos de barrera en cada relación coital. Ojo con la fecha de caducidad.
- Capuchón cervicouterino: similar al diafragma, pero más pequeño, se coloca sobre el cuello uterino para bloquear el paso del esperma.
Dispositivo intrauterino (DIU)
- DIU de cobre: dispositivo en forma de T recubierto de cobre que se coloca en el fondo del útero a través de la vagina y libera iones de cobre para prevenir la fertilización. Los iones de cobre afectan la movilidad del esperma y cambian el ambiente del revestimiento uterino para que el óvulo fecundado no pueda implantarse ni desarrollarse. Su uso es de entre 3 y 10 años, según el modelo, y debe ser introducido y retirado por un profesional sanitario.
Quirúrgicos:
- Esterilización: procedimientos quirúrgicos permanentes para evitar la fertilidad, como la ligadura de trompas en mujeres o la vasectomía en hombres. Es irreversible.
Naturales:
- Abstinencia: decisión de no tener relaciones sexuales para evitar un embarazo.
- Coito interrumpido (”marcha atrás”): consiste en retirar el pene de la vagina antes de la eyaculación.
- M.E.L.A (Método de la Amenorrea de la Lactancia): la lactancia materna exclusiva (tomas frecuentes de día y de noche) como método anticonceptivo durante los primeros seis meses después del parto mientras se está en amenorrea.
- F.A.M (Family Awareness Method): son métodos de evaluación diaria de los diferentes marcadores de fertilidad para reconocer e identificar los días fértiles de la mujer y evitar las relaciones sexuales (o tomar precauciones) durante ese tiempo.
Las hormonas presentes en los anticonceptivos NO son hormonas
Los anticonceptivos hormonales liberan unas sustancias que pretenden reemplazar las hormonas naturales. Esta estrategia podría ser eficaz si estas sustancias fueran igual de beneficiosas para nuestro organismo que nuestras propias hormonas, pero no es el caso, ¡ya que ni siquiera son hormonas!
El etinilestradiol, el levonorgestrel y la drospirenona presentes en los anticonceptivos hormonales, son moléculas con estructuras diferentes a las hormonas humanas, y no aportan los mismos beneficios a nuestro organismo, ya que interactúan de forma distinta con los receptores hormonales en el cuerpo y en cómo se metabolizan en el organismo.
Un ejemplo:
El estradiol (estrógeno humano) estimula la liberación de insulina en el páncreas haciendo que seamos más sensibles a los hidratos de carbono, en cambio, el etinilestradiol, provoca resistencia a la insulina (por eso muchas mujeres experimentan subida de peso o cambios en el apetito con los anticonceptivos hormonales).
Otro ejemplo:
La progesterona estimula los receptores GABA del cerebro, un neurotransmisor calmante y relajante, en cambio, el levonorgestrel, condiciona una menor actividad del sistema gabaérgico, lo que produce todo lo contrario, depresión y ansiedad.
Nuestras hormonas femeninas naturales son esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo y los anticonceptivos hormonales no las pueden reemplazar.
¿Qué método anticonceptivo es mejor?
Si bien los anticonceptivos hormonales han representado un avance significativo en el acceso a la anticoncepción y pueden tener beneficios terapéuticos en ciertos casos graves, no deberían ser la única opción anticonceptiva ni la primera línea de intervención ante cualquier desajuste hormonal (tipo acné, amenorrea, SOP, irregularidades menstruales, etc). Además, al evitar la ovulación y apagar todo el sistema hormonal conlleva consecuencias graves a largo plazo para la salud global de la mujer. Y eso hay que tenerlo en cuenta, ponerlo en una balanza y valorar cuidadosamente los riesgos-beneficios.
Sin embargo, cada mujer es única y es importante evaluar todas las opciones anticonceptivas disponibles para encontrar la que mejor se adapte a las necesidades y circunstancias personales.
Por lo que, la respuesta a cuál es el mejor método anticonceptivo dependerá de cada mujer, de su situación personal, médica y de sus preferencias.
Por eso, si estás considerando un método anticonceptivo, te recomiendo hablar con un profesional especializado en salud femenina para que te proporcione toda la información necesaria sobre todos los métodos disponibles (tanto hormonales como no hormonales) y te asesore en función de tu situación y tus circunstancias personales. Y tendiendo toda la información, puedas tomar decisiones informadas y libres sobre tu salud femenina, sexual y reproductiva.