Método sintotérmico (MST): ¿Qué debes saber sobre él?

Laura Jové

¿Qué es el Método Sintotérmico?

El método sintotérmico (MST) es un método estandarizado y 100% científico para gestionar la fertilidad. Se basa en el reconocimiento de diversas señales que nuestro cuerpo nos envía durante el ciclo menstrual, conocidas como biomarcadores, que nos permiten identificar los días fértiles e infértiles. Al aprender a leer e interpretar estos indicadores, podemos tomar decisiones informadas sobre evitar o lograr un embarazo.

Además, el método sintotérmico es una herramienta de empoderamiento y autoconocimiento que nos aporta mucha información sobre nuestra salud global.

Motivos para practicar el Método Sintotérmico

  • Es nuestra brújula interna. Nos acerca a nuestra naturaleza cíclica, nos volvemos más conscientes a las necesidades del cuerpo y de la energía disponible en cada fase, para así saber cómo cuidarnos.
  • Es una herramienta de salud, porque obtenemos una retransmisión en directo de lo que ocurre en nuestro cuerpo, pudiendo detectar cuando algo se desvía de la normalidad y abordarlo de manera precoz.
  • Para conseguir un embarazo deseado de forma consciente.
  • Como método anticonceptivo natural con 99,6% de efectividad si se aprende y se aplica bien, libre de hormonas y sin efectos adversos.
  • Solo se necesita una persona que te guíe, un termómetro basal, un papel (o una app) donde poder registrar y ganas de autoconocerse :)

¿Cómo empezar a practicar el Método Sintotérmico?

Primero de todo es importante aclarar algunos conceptos básicos:

  • Las mujeres no somos fértiles todos los días del mes y no podemos quedarnos embarazadas siempre.
  • El evento más importante del ciclo menstrual es la ovulación, no la menstruación, ya que todas nuestras hormonas femeninas dependen de haber ovulado.
  • La ovulación no se da necesariamente el día 14, puede ocurrir antes o después.
  • No todos los ciclos regulares duran 28 días (la realidad es que un ciclo de 28 días suele ser la excepción). Se pueden tener ciclos perfectamente sanos y regulares que duren entre 25 a 35 días.
  • “Técnicamente” hablando, solo somos fértiles entre uno y dos días al mes, ya que el óvulo vive de 12 a 24 horas (extendiendo ese tiempo a máximo 48 horas si se llegara a expulsar más de un óvulo en esa ovulación).
  • La ovulación no se puede predecir, se puede aprender a observar (¡una manera es con el método sintotérmico!). Sin embargo, si practicas este método durante varios ciclos, puedes conocer tu patrón ovulatorio y estimar el día que se va a producir la ovulación y tus días fértiles (siempre y cuando tengas ciclos regulares).
  • Los anticonceptivos hormonales no regulan el ciclo menstrual, sino más bien lo apagan.

Para poder entender y practicar bien el Método Sintotérmico, primero es fundamental que entiendas cómo funciona tu ciclo menstrual. Tal y como su nombre indica, es un ciclo, que consta de varios procesos fisiológicos que se repiten periódicamente. Unos son más visibles (como la menstruación) y otros no tanto (como la ovulación). Pero es importante que entiendas que entre menstruación y menstruación pasamos por diversas fases, cada una con sus características propias.

¿Cómo funciona el Método Sintotérmico?

El Método Sintotérmico se basa en aprender a reconocer e interpretar una serie de biomarcadores, que es la manera que tiene nuestro cuerpo de comunicarse con nosotras para hacernos saber en qué momento del ciclo estamos.

Los biomarcadores que se observan son:

  1. El moco cervical
  2. La sensación vulvar
  3. La temperatura basal
  4. Palpación del cuello uterino (opcional)

También hay otros marcadores secundarios que nos pueden dar más información y orientación sobre la fase del ciclo en la que estamos:

  • Estado de ánimo
  • Niveles de energía
  • Rendimiento físico y mental
  • Libido
  • Niveles de hambre
  • Nuestras ganas de socializar
  • Hinchazón, retención de líquidos
  • Molestias en las mamas

Moco cervical

Es el biomarcador de fertilidad por excelencia. Es el más importante de todos, ya que va cambiando a lo largo de todo el ciclo en función del estímulo hormonal, y eso nos da muchas pistas sobre lo que está sucediendo.

Los estrógenos, las hormonas que predominan en la primera fase del ciclo, estimulan unas criptas en el cuello uterino encargadas de producir este fluido. El moco cervical es un hidrogel compuesto principalmente por agua, enzimas, proteínas, cloruro y potasio, y su principal función es alimentar a los espermatozoides para facilitar su supervivencia dentro del cuerpo de la mujer (hasta 5 días), además de ayudarlos a alcanzar el óvulo para fecundarlo.

La calidad del moco cervical es vital de cara a la búsqueda de embarazo, ya que la vagina es un ambiente muy ácido, en el que los espermatozoides mueren en cuestión de minutos. El moco cervical tiene un pH adecuado para la supervivencia de los espermatozoides.

Observando el moco nos va a permitir saber:

  • Cuando comienza la ventana de fertilidad.
  • Cuando nos estamos aproximando a la ovulación.
  • Cuando se cierra la ventana de fertilidad.

Existen dos tipos de moco cervical:

1. Moco cervical tipo E (estrogénico)

Es un moco que vamos a poder ver porque baja a la vagina. Este moco va cambiando y evolucionando a medida que los estrógenos van aumentando:

  • Sin moco: ↓ estrógenos. Son los “días secos”. No vemos nada que se pueda evaluar. No somos fértiles.
  • Moco grumoso: ↑ estrógenos. Color blanquecino, turbio, opaco. Pegajoso. Se abre la ventada de fertilidad.
  • Moco cremoso: ↑↑ estrógenos. Color blanquecino, lechoso. Textura de crema corporal o de yogur.
  • Moco acuoso: ↑↑↑ estrógenos. Líquido, blanquecino o transparente. Precede al flujo elástico.
  • Moco elástico: ↑↑↑↑ estrógenos. Transparente, elástico, resbaladizo, similar a clara de huevo, podemos estirarlo con los dedos unos centímetros sin que se rompa. Ovulación inminente. Es el más fértil de todos.

Aunque haya algunos mocos más fértiles que otros, todos son potencialmente fértiles.

También hay que tener en cuenta que cuando entramos en la ventana de fertilidad podemos encontrar cualquier tipo de los diferentes mocos. El patrón evolutivo del moco no siempre evoluciona de esta manera, es decir, no todas las mujeres encuentran que el moco grumoso evoluciona a moco cremoso y que evoluciona a moco elástico, cada cuerpo va a tener un patrón distinto, ni todos los meses va a ser igual.

2. Moco cervical tipo G (gestagénico)

Tras ovular, la progesterona coge el protagonismo y forma un tapón mucoso en el cuello del útero a modo de protección. No es un moco fértil y no es moco que vamos a ver porque no baja a la vagina.

¿Cómo valorar el moco cervical?

  • Tocando con los dedos: introduce tus dedos en la vagina con las manos limpias para sentir la textura del moco cervical.
  • Con el papel higiénico: pásate el papel por la zona vulvar ANTES y DESPUÉS de ir al baño, haciendo hincapié en la apertura vaginal.
  • Puedes comprobar si tu ropa interior está manchada o no.
  • Es normal ver más moco después de hacer ejercicio o de defecar, porque al hacer fuerza, el moco descienda en la zona vulvar.
  • Durante el día, puedes observar diferentes tipos de flujos, anota el que indique más fertilidad.
  • Anotar el resultado AL FINAL del día.
  • No es valorable si estás excitada. Cuando nos excitamos segregamos un fluido transparente y lubricado que no es el moco cervical y nos podemos confundir.

Sensación vulvar

La sensación vulvar está muy relacionada con el moco cervical, pero no es lo mismo. La sensación vulvar es más subjetiva, ya que se trata de cómo sientes tus genitales.

Tipos de sensación vulvar:

  • Seca: al pasar el papel higiénico no percibes ninguna sensación. Tras la menstruación pasarás por unos días con sensación más seca.
  • Húmeda: te sientes sutilmente más húmeda. Señal de que los estrógenos van aumentando y somos potencialmente fértiles.
  • Mojada: notas una descarga líquida o frescor en la zona vulvar, puede que notes la ropa interior mojada (como si te hubieras hecho pipí).
  • Lubricada: el papel resbala, incluso tienes que pasarlo varias veces para limpiarte. Asociada al moco elástico y a mayor fertilidad.
Importante: si no ves moco cervical pero tienes sensación vulvar, estás potencialmente fértil. De la misma manera que si observas algún tipo de moco cervical sin tener ningún tipo de sensación vulvar también vas a estar potencialmente fértil.

Temperatura basal

La temperatura basal es la temperatura más baja que alcanza tu cuero en estado de reposo, normalmente durante el sueño.

Este biomarcador es fundamental porque sirve para confirmar que ha ocurrido la ovulación y cuando.

También nos informa sobre cuando se cierra nuestra ventana fértil y nos ayuda a identificar si estamos teniendo niveles óptimos de progesterona.

Durante el ciclo, la temperatura basal sigue un patrón bifásico (de dos fases):

  1. Fase folicular (previa a la ovulación): las temperaturas son más bajas, entre 36ºC a 36,5ºC.
  2. Fase lútea (posterior a la ovulación): las temperaturas aumentan entre 0,3ºC y 0,7ºC, alcanzando los 36,5ºC a 37ºC.

La progesterona, la hormona predominante en la fase lútea, tiene un efecto termogénico, y es la causante de que la temperatura aumente y se mantenga alta hasta el final del ciclo. Esta información, junto al resto de parámetros, te confirmará que la ovulación ya ha ocurrido.

En este artículo te explico con más detalle por qué se eleva la temperatura tras la ovulación, cómo tomarla correctamente, cómo graficarla y cómo interpretarla.

Palpación del cuello uterino

El cuello del útero (llamado cérvix) está ubicado en el fondo de la vagina, y también cambia durante el ciclo según el estímulo hormonal:

  • Fase infértil: tiene una textura dura como el cartílago de la punta de la nariz, se encuentra bajo en el canal vaginal y cerrado.
  • Fase fértil: tiene una textura blandita como los labios, está alto y abierto.

Si te da cosa tocarte (es algo que en principio no debería, ya que es tu propio cuerpo) no te agobies, no es obligatorio, hazlo si te sientes preparada y con ganas. Es un biomarcador totalmente opcional.

¿Qué hacer con toda esta información?

Todos estos biomarcadores se van anotando diariamente en un gráfico especial o en una app que disponga de gráficos. Al hacer observaciones diarias, obtenemos una retransmisión en directo de lo que ocurre en nuestro cuerpo, y de esta manera, sabemos actuar según nuestro objetivo (conseguir un embarazo o evitarlo), incluso detectar desequilibrios hormonales a tiempo.

Este método se rige por unas normas y requiere un proceso de aprendizaje, por lo que es fundamental empezar de la mano de alguien calificado y no de forma autodidacta. A pesar de todas nuestras similitudes como mujeres, cada cuerpo es diferente, y eso hay que tenerlo muy en cuenta. Dejar que alguien te guíe en el camino, te ayudará a plasmar toda esta teoría a TU realidad, aprenderás cómo reunir toda la información y cómo interpretar los resultados para conseguir lo que desees en ese momento de tu vida.

Una vez se aprende, se vuelve muy intuitivo y es algo que no se olvida jamás.

¿Te animas a probarlo?

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