El sangrado con las pastillas anticonceptivas no es una menstruación

Laura Jové

El uso de anticonceptivos hormonales va más allá de evitar un embarazo. Actualmente, se prescriben para casi todo, desde irregularidades del ciclo, dolor menstrual, acné, amenorrea… usándolos como un “parche” en la mayoría de los casos.

Los anticonceptivos hormonales NO regulan el ciclo ni solucionan el problema. Alivian temporalmente el síntoma, pero cuando los dejas, el problema sigue estando allí (y a veces con regalito extra, por sus efectos secundarios).

Cuando una mujer decide tomar la píldora anticonceptiva, lo que está haciendo es introducir en su organismo hormonas sintéticas que imitan las que producen naturalmente sus ovarios. Esta acción lo que produce es que los ovarios dejen de fabricar y liberar las hormonas típicas durante el ciclo menstrual natural, como los estrógenos y la progesterona.

Es como pulsar el botón “off” del sistema hormonal, anulando todo el ciclo menstrual.

Entonces aparece la pregunta del millón: si estamos anulando el ciclo menstrual, ¿por qué seguimos sangrando cada mes igual?

Primero de todo, es importante entender cómo funcionan los anticonceptivos hormonales para poder comprender por qué seguimos sangrando y por qué ese sangrado que tenemos con ellos en realidad no es una menstruación.

Vamos a verlo.

¿Cómo funciona la pastilla anticonceptiva?

El ciclo menstrual empieza en el cerebro, cuando este le manda una señal a los ovarios para que el folículo (la bolsita donde se encuentra el óvulo inmaduro) empiece a madurar.

Con ese estímulo por parte del cerebro, el óvulo va madurando y el ovario produce estrógeno cada vez en mayor cantidad, hasta llegar a niveles máximos.

Cuando se alcanza el pico máximo de estrógenos el óvulo es liberado del ovario (desencadenando la ovulación).

Con la expulsión del óvulo, se crea el cuerpo lúteo que produce progesterona, encargada de sostener el endometrio para recibir el óvulo fecundado.

Cuando el cuerpo detecta que no ha habido fecundación, los niveles de progesterona decaen y el endometrio cae también, dando como resultado la menstruación.

Y el ciclo vuelve a empezar.

Los anticonceptivos hormonales están compuestos por hormonas sintéticas, generalmente una combinación de estrógeno y progestina, que son liberadas al torrente sanguíneo de manera constante durante todo el ciclo.

Esta dosis diaria de hormonas sintéticas evita que el cerebro mande la señal a los ovarios para que trabajen, pues el cerebro interpreta que esas hormonas las está liberando el ovario y, por tanto, no es necesario mandarle ningún estímulo.

En otras palabras, estamos engañando al cerebro y cortando la comunicación que hay entre cerebro-ovarios.

En esta imagen puedes ver la diferencia de los niveles hormonales a lo largo de un ciclo natural sin anticonceptivos comparado con un ciclo con el uso de anticonceptivos.

Si los ovarios no reciben esa señal por parte del cerebro, se apagan. Si los ovarios no trabajan, no se produce estrógeno natural, lo que a su vez suprime la ovulación. Y como resultado, no se produce la menstruación, ya que ésta es el resultado de un proceso ovulatorio.

Si no ovulamos, no menstruamos, aunque podemos sangrar. El sangrado que tenemos con la pastilla anticonceptiva no es una menstruación real, es lo que llamamos un «sangrado por deprivación», o por abstinencia del medicamento.

¿Qué es el sangrado por deprivación?

La forma estándar de tomar la pastilla anticonceptiva combinada implica un ciclo de 28 días, dividido en dos fases: 21 días de píldoras activas y 7 días de pastillas inactivas, también conocidas como placebos (en realidad estas pastillas podrías no tomarlas).

Durante los primeros 21 días, se toman las pastillas activas que contienen una combinación de hormonas sintéticas (estrógeno y progestina). El estrógeno ayuda a espesar levemente el endometrio, mientras que la progestina contrarresta los efectos del estrógeno para evitar un crecimiento excesivo del endometrio. Esto mantiene niveles hormonales estables en el cuerpo durante este período.

Luego, durante los 7 días de descanso se toman las pastillas inactivas (o placebo), que no contienen hormonas sintéticas. Esta disminución brusca de los niveles hormonales provoca que el endometrio se desprenda, dando lugar al sangrado por deprivación.

Este sangrado no es un período menstrual natural, ya que NO es consecuencia de una ovulación. Es una respuesta al descenso en los niveles hormonales inducidos por la interrupción de las hormonas sintéticas.

¿Es necesario hacer estos descansos con la pastilla anticonceptiva?

No. El sangrado por deprivación que ocurre durante la semana de descanso en realidad no es necesario, al menos no hay ninguna razón médica para tenerlo. Puede evitarse omitiendo esos 7 días de descanso y se continúa tomando las pastillas hormonales de forma continua.

Sin embargo, hay un aspecto a considerar: si se evita el sangrado por deprivación durante varios meses seguidos, el endometrio puede acumularse y causar sangrados esporádicos, ya que por pura gravedad y por su propio peso caería. Por ese motivo, para que no suceda esto, se recomienda hacer estas pausas cada mes, para permitir que el endometrio que hemos creado se descame y luego retomar la pastilla hormonal.

Para algunas mujeres, el sangrado por deprivación puede ser importante desde un punto de vista emocional, ya que proporciona una sensación de regularidad en su ciclo. La idea de suprimir por completo el ciclo menstrual puede generar ansiedad o incomodidad, ya que puede dar la sensación de estar embarazada. Por lo tanto, aunque no tenga beneficios médicos, para algunas mujeres el sangrado periódico puede tener un valor emocional significativo.

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Laura Jové

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