Cómo acompañar en la primera menstruación

Laura Jové

La menarquia supone un hito importante en la vida de toda niña, ya que marca el comienzo de su etapa reproductiva y suele estar acompañada de muchos cambios tanto físicos como psicoemocionales. Este evento, que suele presentarse entre los 10 y 15 años, no solo es un cambio biológico, sino también una oportunidad para que la niña comprenda mejor su cuerpo y desarrolle una relación positiva y sana con él. Para los padres y educadores, el reto está en cómo acompañar y educar de manera adecuada durante este proceso. ¡Sigue leyendo para descubrir más!

¿Qué es la menarquia?

La menarquia es el nombre que se le da a la primera menstruación de una niña, la cual marca el inicio de su etapa reproductiva. Este evento representa la activación completa del sistema reproductivo y, generalmente, viene acompañado de una serie de cambios hormonales y físicos que ya han estado ocurriendo desde antes en la pubertad.

La edad promedio de la menarquia varía, aunque suele ocurrir entre los 10 y los 15 años. Esto depende de factores genéticos, nutricionales y ambientales. Sin embargo, algunas niñas pueden experimentar su primera menstruación antes o después.

Si se presenta a los 8 ó 9 años estamos hablando de menarquia precoz, y si se presenta pasados los 15 años de edad, menarquia tardía.

Para muchos padres, la menarquia precoz puede resultar desconcertante. Es recomendable acudir a un especialista en salud femenina para recibir orientación y evaluar si es necesario realizar algún tipo de seguimiento médico adicional. Sin embargo, es importante recordar que cada niña tiene su propio ritmo de desarrollo y hay que respetarlo.

Signos de que la menarquia está cerca

Uno de los primeros signos que indican que la menarquia podría estar cerca es la presencia de un flujo vaginal claro o blanco. Este flujo antes de la menarquia puede observarse algunos meses o incluso un par de años antes de la primera menstruación y es completamente normal. Este flujo indica que el cuerpo de la niña está produciendo estrógeno y que el sistema reproductivo se está preparando para funcionar de forma cíclica.

Otros signos que indican que la menarquia puede estar próxima son:

  • Desarrollo de los senos, lo cual ocurre de forma progresiva y se considera uno de los primeros indicadores de la pubertad.
  • Crecimiento del vello púbico y en las axilas.
  • Olor corporal fuerte.
  • Cambios en la piel y aparición de acné.
  • Estirón de crecimiento, un aumento rápido en la estatura, que suele suceder poco antes o después de la menarquia.
  • Aumento de peso.
  • Ensanchamiento de la cadera y nuevas formas más femeninas en el cuerpo.

¿Cuanto dura la menarquia?

La menarquia en sí, es decir, el primer periodo menstrual, puede durar entre dos y siete días, dependiendo de cada persona. En los primeros ciclos, es común que las reglas sean irregulares en cantidad, puntualidad y días de sangrado. Esta irregularidad se debe a que la mayoría de ciclos a esa edad no son ovulatorios porque el eje gonadal tarda hasta dos o tres años en madurar y por tanto que se establezca una regularidad después de la primera menstruación.

El impacto psicoemocional de la menarquia

La experiencia de la primera menstruación depende de factores como la información previa, el entorno, el apoyo, y cómo se presenta la menstruación en su contexto. Si una niña recibe información clara y tiene la oportunidad de hablar sobre lo que implica la menarquia, es probable que viva el proceso con más naturalidad, confianza y tranquilidad. Sin embargo, la falta de información y el predominio de mitos y tabúes pueden hacer que la primera menstruación se viva de forma incómoda, vergonzosa, incluso traumática.

En muchas ocasiones, la desinformación genera ansiedad y hace que las niñas se sientan inseguras, recurriendo a fuentes como las amistades, donde pueden recibir ideas erróneas.

Esto puede incluir creencias como que la sangre menstrual es “impura”, “sucia”, algo por lo que avergonzarse, que debe ocultarse o mantenerse en secreto, lo cual contribuye a una percepción negativa de la menstruación, incluso puede afectar la relación con su propio cuerpo.

Además, si las niñas escuchan a otras personas hablar de la menstruación de forma negativa, describiéndola como dolorosa o incómoda, refuerza un concepto negativo sobre el ciclo menstrual. Esto se suma a una educación que, en la mayoría de los casos, solo se explica el ciclo como un proceso biológico y reproductivo que implica riesgo de embarazo, sin abordar sus dimensiones emocionales y sociales, así como todo lo positivo que puede aportar. Esto produce que las niñas lo asocien con el miedo, la responsabilidad y preocupación por evitar un embarazo no deseado.

¿Cómo y cuando hablar de la primera menstruación?

Abordar el tema de la menstruación antes de que ocurra es esencial para que las niñas enfrenten este cambio con naturalidad y seguridad.

No existe una edad exacta para iniciar esta conversación, ya que depende del desarrollo individual de cada niña y de los signos que vaya mostrando. Sin embargo, en términos generales, alrededor de los 8 o 9 años suele ser una buena etapa para introducir el tema de manera sencilla y gradual. A esta edad, muchas niñas ya comienzan a notar cambios corporales (como el crecimiento del vello y el desarrollo de los senos) que indican el inicio de la pubertad, por lo que es un buen momento para hablar de lo que puede ocurrir en los próximos años.

Es importante que esta conversación no se limite a una sola charla, sino que sea un proceso continuo en el que la niña pueda ir integrando la realidad de su cuerpo y los cambios que va experimentando como parte de su educación, y pueda hacer preguntas conforme surjan sus dudas. Esto permite que el tema de la menstruación no se convierta en un tabú, sino en algo que puede explorarse y hablarse con libertad en casa de forma frecuente.

Algunos consejos para saber abordar el tema de manera adecuada:

  • Explícale que sangrar no es negativo: hazle saber que la menstruación es una señal de que su cuerpo está funcionando bien y creciendo, no una enfermedad ni algo “sucio”, sino algo natural que les ocurre a todas las mujeres del mundo y que no limita sus capacidades. Esto le ayudará a verlo como algo normal y sin asociaciones de miedo o incomodidad.
  • Desmiente mitos y tabúes: puedes preguntarle qué sabe sobre la menstruación y en base a ello, asegúrate de corregir cualquier idea errónea o mito que la niña haya escuchado.
  • Describe los cambios corporales y emocionales que puede experimentar: comenta los cambios físicos que puede experimentar, además de las fluctuaciones emocionales. Explicar que su estado de ánimo puede ser cambiante durante el ciclo y que forma parte del proceso de desarrollo la preparará para entender y manejar sus sensaciones sin preocuparse o sentirse confusa.
  • Comparte tu experiencia personal: si eres su madre, compartir tu propia experiencia sobre tu primera menstruación —como a qué edad ocurrió, cómo te sentiste y lo que te hubiese gustado saber— puede ayudarla a sentirse identificada y comprendida.
  • Háblale del embarazo desde una perspectiva positiva: explica que su cuerpo tiene la capacidad de gestar vida y que la menstruación es una parte de esa función biológica. Más que hablar de ello desde una perspectiva de riesgo o temor, preséntalo como un poder y una capacidad natural de su cuerpo que podrá explorar y comprender mejor en el futuro.
  • Refuerza que cada cuerpo es único: recuérdale que cada ciclo menstrual es diferente, y que lo que experimente no tiene por qué ser igual a lo que vivan sus amigas. Explícale que la duración y el flujo de su menstruación pueden variar entre personas e incluso de un mes a otro.
  • Mantén la puerta abierta a futuras preguntas: es probable que al principio la niña no exprese todas sus dudas, así que es fundamental que sepa que puede regresar a hacer más preguntas cuando lo necesite. Reforzar esta idea ayuda a construir un vínculo de confianza y garantiza que no recurrirá a fuentes poco confiables en busca de respuestas.

Consejos prácticos para preparar la menarquia

Existen muchas maneras en que los padres pueden hacer que la experiencia de la primera menstruación sea lo más positiva posible. Aquí algunos consejos prácticos:

  • Explícale todos los productos de higiene menstrual que tiene a su disposición: puede comenzar usando compresas 100% de algodón o de tela y las braguitas menstruales, ya que son fáciles de manejar a esa edad; y más adelante puede explorar otras opciones como los tampones 100% de algodón, la copa menstrual o las esponjas menstruales cuando se sienta cómoda y preparada. Puedes aconsejarla y mostrarle cómo elegir el producto más adecuado para ella, y explicarle la importancia de cambiarlo regularmente.
  • Regálale un kit menstrual: prepara un pequeño estuche o neceser con artículos que pueda usar en sus primeros ciclos: productos de higiene menstrual (compresas, tampones, copa, braguitas, etc), saquitos de semillas térmicos para aliviar las molestias menstruales, un diario o un diagrama menstrual para el registro del ciclo, y si le gusta leer, un libro educativo sobre el ciclo menstrual diseñado para su edad (mi recomendación es el libro “La regla mola” de Menstruita). Esto puede darle tranquilidad en caso de que su menstruación comience de forma inesperada.
  • Enséñale a registrar su ciclo: está a punto de iniciar un viaje que durará 40 años de su vida. Anímala a llevar un seguimiento de sus ciclos para entender mejor su propio patrón y estar preparada (una buena herramienta a su edad es mediante el diagrama menstrual). Además, es súper importante que conozca que no solo va a sangrar. Muéstrale las 4 fases del ciclo menstrual y cómo puede anotar los cambios tanto físicos como emocionales que puede ir experimentando en cada una.
  • Celebra la llegada de la menstruación: organiza un momento especial que le haga sentir valorada y acompañada. Puede ser planear una salida especial (cafetería, cine, un spa, parque de atracciones…), comprarle una pulsera o joya especial que simbolice su transición u organizar una cena especial en casa en su honor, con su comida favorita, puede ser un momento íntimo y memorable al ver que este cambio en su vida es reconocido y valorado.

Si bien la menarquia es una etapa llena de cambios, también es una oportunidad para que las niñas y sus familias fortalezcan el vínculo, la comunicación, el autoconocimiento y la salud en torno al ciclo menstrual. Acompañarlas en este proceso de manera informada y positiva puede marcar una diferencia significativa en cómo experimentarán su menstruación a lo largo de su vida.

Si estás buscando orientación o apoyo adicional para acompañar a tu hija en este momento de transición tan importante, ¡puedo ayudarte en consulta!. Con mi enfoque terapéutico holístico enfocado a niñas y adolescentes, acompaño a las familias en su proceso de crecimiento, ayudando a las jóvenes a comprender su cuerpo, abrazar su ciclo menstrual, manejar lo cambios físicos y emocionales que trae consigo la menarquia y mejorar cualquier molestia que exista en torno a su ciclo.

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