Actualmente, la infertilidad se ha convertido en un problema y preocupación social, cada vez más frecuente. A día de hoy afecta a un 15-20% de las parejas en edad reproductiva.
Descubrir que no podemos concebir de manera natural afecta tanto a la mujer como al hombre, y provoca estrés, ansiedad, desesperación, rabia, incluso sentimientos de culpa e injusticia, lo que a su vez afecta otras áreas de la vida. Es en este contexto que la fertilidad natural cobra una importancia crucial. Entender cómo podemos optimizar nuestra salud para mejorar nuestras posibilidades de concepción es esencial.
La fertilidad natural se centra en adoptar un enfoque holístico que considera todos los aspectos de la salud. Al hacerlo, no solo aumentamos nuestras posibilidades de concebir, sino que también mejoramos nuestra salud general, además de programar la salud de nuestro futuro bebé.
La fertilidad como signo de salud global
La fertilidad es un signo de salud. Es un indicativo de que la salud global está en óptimas condiciones para poder sostener un embarazo y gestar a otro ser humano, con todo el trabajo que esto implica.
La capacidad de concebir y llevar un embarazo a término no es un evento aislado, sino un reflejo del bienestar integral de nuestro cuerpo. La fertilidad indica que todos los sistemas corporales, desde el hormonal hasta el inmunológico, están funcionando correctamente.
La fertilidad es como plantar una semilla en la tierra. Si el suelo es pobre y sin nutrientes, no dará frutos, por mucho que reguemos o le dé el sol. Y viceversa; si la plantamos en un suelo rico en nutrientes, pero carece de agua y sol, tampoco veremos sus frutos. Para que una tierra sea fértil necesita cumplir con varias condiciones esenciales que faciliten el crecimiento saludable de las plantas.
En nuestro caso, el hombre es quien aporta la semilla y la mujer es la tierra donde esta se desarrolla, crece y produce frutos. La calidad de esa tierra determinará si la cosecha será exitosa o no (aunque a veces el problema también puede estar en la semilla). Por lo tanto, si el cuerpo de la mujer se encuentra en condiciones favorables, está en la mejor posición para concebir y soportar las demandas físicas y emocionales que supone el embarazo.
La fertilidad es más que la capacidad de reproducirse; es un indicador del estado general de salud de una persona.
¿Qué afecta a la fertilidad?
En primer lugar, es fundamental comprender que intentar quedar embarazada a los 30 y tantos incluso 40 no es lo mismo que intentarlo a los 25 años. Con el paso del tiempo, la biología sufre una serie de procesos de desgaste, es inevitable, y la fertilidad no es la excepción.
Sin embargo, es un error pensar que al llegar a los 30 y tantos dejamos de ser fértiles. La realidad es que, aunque la fertilidad puede disminuir con la edad, muchas mujeres en sus 30 y tantos todavía pueden concebir con éxito.
A día de hoy, son muchas las parejas jóvenes que acuden al ginecólogo para que les ayude a lograr un embarazo, y les dicen que no tienen nada médicamente diagnosticable que justifique esa dificultad para quedarse embarazados, y se encuentran con la recomendación de someterse a una fertilización in vitro (FIV). En ese momento, surgen muchas dudas, inseguridades y miedos.
La FIV es un proceso en el que sabes el día que empieza, pero no cuando acaba, y esa incertidumbre puede resultar aterradora.
La realidad es que la mayoría de estas parejas a quienes se les dice que “no pasa nada”, en realidad sí está pasando algo. La fertilidad es un estado natural del ser humano, nuestra biología está programada y diseñada para que nos reproduzcamos y asegurar la supervivencia de nuestra especie. Por lo tanto, cuando la fertilidad está comprometida, suele ser un indicativo de que hay problemas subyacentes de salud.
Cuando estas parejas aparentemente sanas acuden a un profesional de salud con un enfoque integrativo y holístico, al profundizar en la entrevista diagnóstica, se destapan una serie de disfunciones y desequilibrios “silenciosos” que están dificultando la posibilidad de embarazo. Estos pueden incluir problemas de inmunidad, problemas de absorción de nutrientes o intolerancias, desórdenes de la función de la tiroides, inflamación crónica, hígados colapsados, entre otros.
Es cierto que, en determinados casos, donde hay un diagnóstico claro como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), una insuficiencia ovárica, una obstrucción de las trompas de Falopio, secuelas quirúrgicas, malformaciones congénitas, enfermedad inflamatoria pélvica, fibromas uterinos, etc., la reproducción asistida es una opción fantástica y puede ser la única solución viable para estas mujeres. En estas situaciones, los avances tecnológicos permiten que estas parejas puedan quedarse embarazados. Sin embargo, estos casos representan solo el 1% del total.
Entonces, ¿qué pasa con el resto?
Razones detrás de la disminución de la fertilidad natural
Antes de entrar en materia, es importante conocer el concepto de edad biológica y edad cronológica.
El problema que observamos a día de hoy es que, debido a varios factores que analizaremos, la edad cronológica (la que aparece en nuestro DNI) a menudo no se corresponde con nuestra edad biológica. La edad biológica es el estado real de nuestro organismo, corresponde al envejecimiento y el estado funcional de nuestras células, tejidos, órganos y sistemas corporales.
En la actualidad, encontramos muchos hombres y mujeres de 30 años que presentan una edad biológica equivalente a la de personas de 45 o 50 años.
Cuando nuestra edad biológica supera nuestra edad cronológica, significa que nuestros sistemas internos están envejeciendo más rápido de lo esperado, lo que puede llevar a una disminución en la calidad de los óvulos y espermatozoides, de la reserva ovárica, problemas hormonales y una menor capacidad para concebir y llevar a término un embarazo sano.
Este desajuste es uno de los principales problemas que encontramos cuando tratamos con personas que tienen dificultades para concebir.
Antes de profundizar en los factores que aceleran el envejecimiento biológico y provocan que la edad cronológica no coincida con la biológica, es importante entender qué son los radicales libres y el estrés oxidativo para comprender qué tienen que ver con la fertilidad.
Radicales libres y estrés oxidativo
Para entender cómo los radicales libres y el estrés oxidativo afecta a nuestra salud, los compararemos con el óxido que se forma en el metal.
Imagina que tus células son como una máquina bien aceitada que funciona sin problemas. Los radicales libres son como pequeñas partículas de óxido que se producen cuando esa máquina está en funcionamiento. Son moléculas inestables que necesitan estabilizarse y lo hacen robando electrones de otras moléculas en las células, lo que provoca daño celular conocido como estrés oxidativo.
El estrés oxidativo ocurre cuando hay demasiados radicales libres y no suficientes antioxidantes para neutralizarlos. Los antioxidantes son como agentes que impiden que el óxido (radicales libres) cause daño. Cuando hay un desequilibrio y no hay suficientes antioxidantes, el exceso de radicales libres puede dañar las células, los tejidos y los órganos, algo similar a cómo el óxido puede corroer y debilitar una máquina. Este daño puede acelerar el envejecimiento celular, el envejecimiento de los óvulos y de los espermatozoides, disminuir la reserva ovárica y, por tanto, afectar a la fertilidad.
A continuación te detallo los diversos factores que "nos oxidan" y aceleran el envejecimiento biológico:
Una alimentación inadecuada
El consumo habitual de alimentos procesados y proinflamatorios que contienen harinas refinadas, grasas trans, azúcares, jarabes, aditivos y conservantes, generan más radicales libres y la capacidad del cuerpo para neutralizarlos disminuye. Cuando la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes es baja, y la exposición a radicales libres es alta debido a la dieta, el cuerpo no puede manejar eficazmente el daño celular producido por el estrés oxidativo.
Además, si en la dieta prevalecen este tipo de alimentos, estamos desplazando otro tipo de alimentos más nutritivos, como frutas, verduras, carnes, pescados, huevos, frutos secos, etc., que son densos en vitaminas, minerales, antioxidantes y ácidos grasos esenciales que necesita el cuerpo para protegerse del daño oxidativo y contribuir a que la “tierra sea más fértil”.
Ser sedentaria
La inactividad física lleva a una disminución en el metabolismo celular, en la circulación sanguínea y afecta negativamente al sistema inmunológico. Un metabolismo lento, una mala circulación y un sistema inmune débil pueden reducir la eficiencia con la que el cuerpo elimina desechos y radicales libres.
Un nivel de estrés elevado mantenido en el tiempo
El estrés (tanto físico, como emocional, mental, ambiental o social) es uno de los factores que tiene más peso en la fertilidad al activar el sistema nervioso simpático (SNS) y aumentar los niveles de cortisol. En situaciones de estrés, el cuerpo prioriza las funciones esenciales para la supervivencia inmediata al percibir una amenaza. Se desvían los recursos energéticos lejos de funciones que no son necesarias para la respuesta de lucha o huida, reduciendo o ralentizando la digestión, la detoxificación, la regeneración celular, incluso la reproducción. Cuando el cuerpo no puede detoxificar adecuadamente, se acumulan radicales libres. Además, el cortisol en sí mismo ¡también genera radicales libres!
(Si quieres aprender sobre cómo afecta el estrés a tu salud y a tu ciclo menstrual, te cuento más en este artículo).
Desincronización de los ritmos circadianos y mal descanso
Los ritmos circadianos son el “reloj interno” del cuerpo que regula el ciclo sueño-vigilia, la liberación de hormonas, la temperatura corporal, el metabolismo, la digestión y otros procesos importantes.
La melatonina es una hormona producida por el cerebro a partir de las ocho de la noche. Esta hormona no solo ayuda a conciliar el sueño, sino que además tiene propiedades antioxidantes, lo que significa que ayuda a reducir el estrés oxidativo en las células del organismo, incluidos los ovocitos. Esto proporciona una acción protectora que reduce el daño celular y protege la calidad de los óvulos.
Otra hormona esencial que se produce por la noche si tenemos un sueño profundo es la hormona del crecimiento. Esta ayuda a incrementar el grosor del endometrio y su vascularización, facilitando así un entorno óptimo para la implantación y el desarrollo del embrión, así como influir en la producción de progesterona.
El ciclo menstrual también sigue un ritmo biológico, que está influenciado por el ritmo circadiano de sueño-vigilia. Un sueño inadecuado puede desincronizar este ritmo, alterando el equilibrio hormonal, afectando el ciclo menstrual y perjudicar la fertilidad.
Exposición a tóxicos y a disruptores endocrinos
El consumo de sustancias tóxicas como el alcohol, el tabaco y otras drogas (incluso medicamentos) genera una gran cantidad de radicales libres durante su metabolismo y aumenta el estrés oxidativo en el cuerpo.
Por otro lado, los disruptores endocrinos son sustancias químicas que interfieren con el sistema hormonal del cuerpo (pueden imitar y/o bloquear la acción de nuestras hormonas naturales). Estos compuestos se encuentran en productos de uso diario de higiene personal, cosmética, limpieza del hogar, utensilios de cocina, almacenamiento de alimentos, incluso en el ambiente (la contaminación del aire, del agua y alimentos cargados de pesticidas, metales pesados y otros contaminantes). Estas sustancias químicas causan daño directo a las células reproductivas, empeorando la calidad de los óvulos y de los espermatozoides.
(Si quieres aprender sobre los disruptores endocrinos, te cuento más en este artículo).
Estrategias efectivas para optimizar tu fertilidad natural
Conoce tu ciclo menstrual
Cuando las mujeres decidimos abrirnos a la maternidad, lo hacemos tras años o décadas de anticoncepción (hormonal o de barrera) y, en ocasiones, desconocemos el funcionamiento de nuestro ciclo menstrual. Empezar a conocer y conectar con tu ciclicidad te va a permitir detectar con precisión tu ventana fértil y no fértil, para poder aumentar las posibilidades de embarazo. Una de las mayores herramientas para conocer tu ciclo menstrual y detectar tu fertilidad es a través del método sintotérmico. En este artículo te hablo sobre él.
Detecta tus fuentes de estrés y practica técnicas para reducirlo
Es importante que tomes consciencia de aquello que te genera estrés en tu vida, ya puede ser la sobrecarga de trabajo, la falta de sueño, tus finanzas, conflictos con la familia, una pérdida importante, el caos urbano, sentir presión social por cumplir con determinados estándares, tener una mala relación con la comida, sentirse sola… El estrés no es sólo tener mucho trabajo o tareas por hacer. Hay diversos motivos que pueden sobreactivarnos y estresar a nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu.
Una vez detectadas las fuentes de estrés, debes tomar las medidas necesarias para cambiar o mejorar la situación y aprender prácticas que te ayuden a autoregularte y a gestionar ese estrés: técnicas de respiración, meditación, yoga, ir a terapia, recibir un masaje, pasar tiempo en la naturaleza, escribir en un diario, leer un buen libro, hablar con amigas o familiares, dedicar tiempo a los hobbies y a las actividades que te gustan, descansar adecuadamente, etc.
Aliméntate de forma limpia y nutritiva
Una alimentación densa en nutrientes es fundamental para la fertilidad.
La densidad nutricional significa: cantidad de nutrientes por unidad de energía.
Es crucial que elijas alimentos que proporcionen una alta cantidad de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales por cada caloría consumida.
Por ejemplo, consideremos un aguacate y un donut. Ambos alimentos pueden aportar la misma cantidad de calorías, pero su valor nutricional es radicalmente diferente y el impacto en nuestra salud también. El aguacate es rico en grasas saludables, vitaminas (como la vitamina E y varias del grupo B), minerales (como potasio y magnesio) y fibra. Estos nutrientes son esenciales para mantener la energía, la salud cardiovascular, el equilibrio hormonal y el bienestar general. En cambio, el donut puede ser alto en calorías debido a su contenido de azúcar y grasas saturadas, pero es pobre en nutrientes esenciales. Aunque proporciona energía rápida, carece de los componentes nutricionales necesarios para sostener la salud a largo plazo.
Por lo tanto, es esencial que priorices los alimentos más densos nutricionalmente, que te proporcionen la materia prima que tu cuerpo necesita para funcionar eficientemente. Estos alimentos incluyen: carnes, pescados, mariscos, huevos, tubérculos, legumbres, granos enteros integrales, aceite de oliva, frutos secos, semillas, lácteos enteros fermentados (como el yogur, el kéfir y el queso), frutas, verduras y hortalizas.
Realiza ejercicio físico de forma regular
El ejercicio regular actúa como un potente antioxidante. Durante el ejercicio, el cuerpo aumenta la producción de antioxidantes endógenos, como la superóxido dismutasa (SOD) y la catalasa, que ayudan a neutralizar y eliminar los radicales libres. Encuentra prácticas de ejercicio que te gusten y que disfrutes, ya que por muy de moda que esté el yoga, por ejemplo, si no encaja con tus gustos, no lo vas a mantener en el tiempo porque no lo vas a disfrutar. Existen muchos deportes, tanto grupales como individuales, más intensos y exigentes y otros más suaves y relajantes. Experimenta, prueba. Es la única manera de encontrar aquel que te guste tanto que dejes de ver el ejercicio como una obligación y lo acabes viendo como un hobby placentero.
Aléjate del alcohol y deja el tabaco
Tanto si buscas embarazo como si no, el alcohol y el tabaco son sustancias tóxicas que perjudican gravemente la salud y se deben evitar. Dejar estas sustancias mejora significativamente la calidad de los óvulos y los espermatozoides, así como aumentar las posibilidades de concepción. Busca ayuda profesional si crees que lo necesitas. No estás sola en esto. Si miles de personas han podido dejarlo, ¿por qué tú no?
Cambia tus productos de uso diario para reducir la exposición a disruptores endocrinos
Opta por productos naturales y libres de químicos para reducir la carga de tóxicos en tu cuerpo. Prioriza fruta y verdura ecológica libre de pesticidas siempre que sea posible; cambia los utensilios de cocina con PFOA (teflón o antiadherentes) por sartenes, cazos de acero inoxidable, hierro fundido, cerámica o vidrio; cambia los productos menstruales sintéticos por aquellos hechos con 100% algodón orgánico, copa menstrual, compresas de tela o bragas menstruales; opta por carne de pasto o ecológica y pescado salvaje libre de hormonas y antibióticos; cambia el agua embotellada por botellas de vidrio, acero inoxidable o invierte en un filtro de agua; y utiliza cosméticos con ingredientes naturales.
Mejora tu higiene de sueño
Tienes que crear las condiciones adecuadas para un buen sueño nocturno: cenar pronto con comidas ligeras y fáciles de digerir (entre 19:00 y 20:00), meterse a la cama pronto (entre 22:00 y 23:00), mantener una temperatura adecuada en la habitación (que no haga un exceso de frío ni de calor), evitar la exposición a la luz azul de las pantallas de televisión, del móvil, tablets y ordenadores al menos 2-3 horas antes de ir a dormir, y hacer una buena gestión del estrés durante el día también ayuda mucho a descansar mejor.
Si trabajas de noche, es importante que tengas en cuenta que este estilo de vida puede tener un impacto negativo en tu salud al alterar tus ritmos circadianos naturales.
Toma el sol con regularidad
Se ha demostrado que las mujeres y los hombres con niveles bajos de vitamina D suelen tener dificultades para concebir, según la Journal of Human Reproductive Sciences. Intenta pasar tiempo al aire libre todos los días, especialmente en las horas de la mañana o tarde, cuando la exposición solar no es tan intensa.
Reflexiona sobre tu relación de pareja y tu sexualidad
Tener una relación de pareja saludable, el deseo y el sexo satisfactorio son ingredientes básicos para la fertilidad. Pero si tenéis sexo solo para quedaros embarazados, esta unión pierde toda su esencia. Hacer el amor debe ser un placer y no una obligación. La obligación destruye la pasión.
Trabajad en fortalecer vuestra relación y buscad ayuda profesional si es necesario para resolver conflictos o mejorar la conexión emocional y física.
Hazte una analítica preconcepcional completa
Realizar una analítica preconcepcional completa es ideal para ambos miembros de la pareja. Esto puede ayudar a detectar posibles desequilibrios o desajustes que estén dificultando la posibilidad de embarazo y permitir ponerles solución a tiempo.
Toma suplementación natural de calidad enfocada a la fertilidad
Este punto debe ser un complemento cuando todo lo demás está cubierto y trabajado. Considera tomar suplementos naturales de calidad que apoyen la fertilidad. Existen ciertos suplementos que contienen vitaminas, minerales, antioxidantes, ácidos grasos y fitoterapia reguladora hormonal que puede mejorar significativamente la función reproductiva. Consulta con un profesional de la salud femenina para determinar qué suplementos son adecuados para ti y para tu pareja y asegúrate de elegir productos de alta calidad y bien formulados.
Si llevas tiempo intentando quedar embarazada o bien quieres empezar a buscar y necesitas que te ayude a maximizar las posibilidades de éxito, no dudes en ponerte en contacto conmigo y juntas ¡conseguir ese positivo que tanto deseas!
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