Imagina que tu cuerpo es como una casa con muchas habitaciones. Las hormonas son las llaves que abren las cerraduras y las habitaciones son las células y los órganos. Cada tipo de hormona es como una llave única que solo encaja en una cerradura específica. Las cerraduras serían los "receptores hormonales".
Cuando una hormona viaja por el torrente sanguíneo y se encuentra un receptor hormonal en el que encaja, se une a él y “abre la puerta”, activando una señal o desencadenando una acción en la célula o el órgano donde se encuentra ese receptor.
Pues bien, los disruptores endocrinos son sustancias químicas que, una vez entran en el cuerpo, perturban e interrumpen el funcionamiento normal del sistema endocrino, que es el que produce y libera hormonas. Se ha visto que el impacto es mayor sobre nuestras hormonas sexuales femeninas.
¿Cómo actúan?
Tienen la capacidad de unirse a los receptores hormonales del cuerpo con mayor afinidad que nuestras hormonas naturales, bloqueando o imitando su efecto. En otras palabras, confunden a nuestro sistema hormonal.
El problema es que los disruptores endocrinos provocan respuestas exageradas y perjudiciales, siendo muchas veces la causa de los desequilibrios hormonales y los desajustes del ciclo menstrual. Pongamos un ejemplo: el estrógeno es una hormona proliferativa, es decir, que estimula el crecimiento celular (necesario para la reproducción). Cuando los disruptores endocrinos se unen a los receptores de estrógeno del cuerpo, pueden causar una proliferación de tejidos más acentuada de lo normal, lo que podría desencadenar ciertos tipos de cáncer.
Por desgracia, los disruptores endocrinos están muy presentes en productos cotidianos.
Los más comunes son: el bisfenol A (BPA), los parabenos, pesticidas y herbicidas, dioxinas, PFAS, ftalatos, el triclosan, metales pesados, xenoestrógenos…
La lista es interminable.
¿Dónde se encuentran?
- En la alimentación: pesticidas y herbicidas presentes en frutas y verduras, hormonas y antibióticos presentes en carne de ganadería intensiva y pescado de acuicultura.
- En productos de higiene personal y cosmética: jabones, lociones, fragancias, toallitas, cremas solares, desodorantes, maquillaje, esmalte de uñas, pasta de dientes, champús, tintes y otros productos para el cabello.
- En el plástico: botellas de agua, envases de comida, latas, tuppers, juguetes…
- En los productos menstruales: tampones y compresas
- En productos de limpieza del hogar: detergentes, desinfectantes, lavavajillas, multiusos…
- Utensilios de cocina: sartenes antiadherentes o de teflón, espátulas, papel de hornear…
Recomendaciones para disminuir la exposición a los disruptores endocrinos
- Evita utensilios de cocina con PFOA (teflón o antiadherentes) → Opta por sartenes y cazos de acero inoxidable, hierro fundido, cerámica o vidrio.
- Cambia las conservas enlatadas por las de frascos de vidrio.
- Pásate a las compresas y tampones hechos con 100% algodón orgánico, prueba con la copa menstrual, con compresas de tela, bragas menstruales, etc.
- Consume carne ecológica o de pasto y pescado salvaje, libre de hormonas y antibióticos.
- Opta por tuppers de vidrio, o si vas a usar de plástico, no los calientes en el microondas o pongas comida caliente (el calor hace que se liberen las sustancias tóxicas presentes en el plástico).
- Evita el agua embotellada, o si no, evita rellenarlas y exponerlas al sol → Elige botellas de vidrio, acero inoxidable o invierte en un filtro de agua.
- Prioriza fruta y verdura ecológica libre de pesticidas siempre que sea posible.
- Utiliza cosméticos con ingredientes naturales libres de parabenos.
- Limita productos de limpieza convencionales → Opta por productos de limpieza bio, caseros o con buenas composiciones.
Hay que ser realistas, es muy difícil (por no decir imposible) que los evitemos por completo, pero podemos limitar al máximo la exposición aplicando pequeños cambios en nuestro día a día. También podemos dar soporte al detox hepático para asegurar que eliminamos mejor todos estos tóxicos a los que nos exponemos.
Lo más importante es que no te obsesiones, no podemos cambiarlo todo de la noche a la mañana, ¡pero cada pequeño gesto suma!
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