Qué es la anovulación
La anovulación es una condición en la cual no se produce la ovulación, es decir, no se libera un óvulo del ovario durante el ciclo menstrual. La ovulación es esencial para la fertilidad, ya que es el proceso mediante el cual el óvulo se libera y puede ser fecundado por un espermatozoide. En un ciclo normal, la ovulación ocurre a mitad del ciclo, pero en mujeres con anovulación, este paso clave no sucede, lo que puede llevar a problemas de fertilidad o ciclos menstruales irregulares.
Síntomas de la anovulación
Los síntomas más comunes incluyen ciclos menstruales irregulares o la ausencia total de la menstruación (amenorrea). También puede haber dificultad para quedar embarazada, ya que la ovulación es un requisito para la concepción. En algunos casos, las mujeres pueden experimentar manchados o sangrados anormales, e incluso síntomas del síndrome premenstrual sin que haya ovulación.
Causas de la anovulación
La anovulación puede ser causada por varios factores, incluyendo desequilibrios hormonales, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), problemas tiroideos (hipotiroidismo o hipertiroidismo), exceso de prolactina, peso corporal bajo o excesivo, ejercicio intenso, y estrés prolongado.
Además, la anovulación por anticonceptivos es otro factor común: los anticonceptivos hormonales, como las píldoras, inyecciones o dispositivos hormonales, funcionan suprimiendo la ovulación para evitar el embarazo.
Después de suspender los anticonceptivos hormonales tras un uso prolongado, puede ocurrir que el cuerpo tarde en reanudar la ovulación de manera normal. Esto se debe a que el ciclo ovulatorio ha sido inhibido durante un periodo extendido, y el eje hipotálamo-hipófisis-ovario, que regula la ovulación, puede necesitar tiempo para restablecer su funcionamiento. Este fenómeno se conoce como anovulación post-anticonceptiva y puede provocar varios ciclos anovulatorios mientras el cuerpo “reinicia” su actividad hormonal. Para algunas mujeres, el ciclo ovulatorio vuelve a la normalidad en pocos meses, pero en otros casos puede tardar más tiempo, dependiendo de factores individuales como la duración del uso del anticonceptivo y el estado hormonal general.
El envejecimiento y la cercanía a la menopausia también pueden afectar el proceso de ovulación.
Diagnóstico de la anovulación
El diagnóstico suele realizarse a través de un historial médico detallado, análisis de sangre para medir los niveles hormonales, y estudios de imágenes, como ecografías, para observar los ovarios y los ciclos ovulatorios.
Una forma eficaz y accesible para saber si ha habido ovulación es a través del método sintotérmico, que consiste en registrar varios biomarcadores del cuerpo, como la temperatura basal, el moco cervical, entre otros. Un aumento sostenido de la temperatura basal después de la mitad del ciclo es un indicador fiable de que la ovulación ha ocurrido. Además, este método permite a la mujer conocer mejor sus ciclos y detectar posibles irregularidades en la ovulación.
Tratamiento de la anovulación
El tratamiento de la anovulación depende de la causa subyacente. La clave está en ir a la raíz del problema y restaurar la función hormonal normal, por lo que, no hay un tratamiento genérico, ya que cada persona es única como también lo son las causas de su amenorrea. Habrá que mejorar el contexto, corrigiendo hábitos que estén contribuyendo a empeorar la situación y aplicar mejoras en el estilo de vida, teniendo en cuenta la esfera biopsicosocial de la mujer (dieta para restaurar la función hormonal, corregir déficits nutricionales, reducir o moderar el ejercicio físico, manejo del estrés, apoyo psicológico y emocional, una buena higiene de sueño...). Además, se puede recurrir a ciertos suplementos naturales que apoyen el proceso.
Prevención de la anovulación
La prevención de la amenorrea hipotalámica implica mantener un estilo de vida equilibrado y saludable, que incluya una alimentación nutritiva y adaptada, ejercicio físico moderado y un buen manejo del estrés y de las emociones. También es importante aprender a conocer el funcionamiento del ciclo menstrual, llevar un registro completo del ciclo, saber lo que es normal y lo que no, y prestar atención a las señales del cuerpo para poder identificar cualquier alteración. Además, es importante mantener un seguimiento regular con un profesional de la salud para abordar cualquier problema o alteración a tiempo y recibir el tratamiento adecuado.
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