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Tiroiditis de Hashimoto

Aprende qué es la tiroiditis de Hashimoto, por qué ocurre y qué se puede hacer al respecto.

¿Qué es la tiroiditis de Hashimoto?

La Tiroiditis de Hashimoto, también conocida como enfermedad de Hashimoto, es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca la glándula tiroides, lo que lleva a la inflamación y, a menudo, al hipotiroidismo. Es una de las causas más comunes de hipotiroidismo.

Síntomas de la tiroiditis de Hashimoto

Los síntomas de la Tiroiditis de Hashimoto pueden desarrollarse lentamente y a menudo se asemejan a los del hipotiroidismo. Incluyen: fatiga, aumento de peso, intolerancia al frío, estreñimiento, insomnio, piel seca, caída del cabello, hinchazón de la cara, dolores musculares y articulares, depresión, problemas de memoria, menorragia (períodos menstruales abundantes) o irregularidades menstruales. Algunas personas también pueden experimentar bocio, que es el agrandamiento de la glándula tiroides.

Causas de la tiroiditis de Hashimoto

Las causas del hipotiroidismo de Hashimoto incluyen:

  • Factores genéticos: la tiroiditis de Hashimoto tiende a presentarse en familias, sugiriendo un componente genético.
  • Factores ambientales: exposición a radiación, infecciones virales y deficiencias o excesos de yodo pueden desencadenar la enfermedad.
  • Causas hormonales: la enfermedad es más común en mujeres, especialmente durante el embarazo, sugiriendo que las hormonas sexuales pueden influir en su desarrollo.
  • Estado del sistema digestivo: por una permeabilidad intestinal (es cuando la barrera del intestino que separa la comida de nuestro sistema circulatorio deja de ser impermeable y pasan sustancias a la sangre que no deberían pasar, como toxinas, bacterias, o incluso proteínas grandes difíciles de digerir como el gluten, que van a disparar una respuesta exagerada del sistema inmunitario y provocar que sea más propenso a cometer errores y ataque la glándula tiroides)
  • Inflamación sistémica de bajo grado: es un estado constante y generalizado de inflamación que no es visible, por lo que no presenta los típicos síntomas de una inflamación aguda (enrojecimiento, tumefacción, calor, dolor…). Este estado puede ser causado por la exposición a tóxicos, fármacos, una dieta basada en alimentos proinflamatorios, alteración de los ritmos circadianos, sedentarismo, estrés mantenido en el tiempo, intolerancias, sobrepeso, entre otros⁠. Esta activación constante del sistema inmunitario, lo debilita y provoca que cometa más errores (a nivel inmunitario, genético, celular, hormonal…)
  • Celiaquía: en pacientes con enfermedad de Hashimoto la tasa de celiaquía es muy elevada. Así pues, hay que valorar la posibilidad que el gluten esté participando de la permeabilidad intestinal y el desarrollo del desorden inmunológico.

Diagnóstico de la tiroiditis de Hashimoto

El diagnóstico de la tiroiditis de Hashimoto se realiza mediante análisis de sangre para medir los niveles de TSH, T4, T3 y anticuerpos antitiroideos (anti-TPO y anti-TG), junto con una anamnesis para valorar la sintomatología. Un nivel elevado de TSH, junto con niveles bajos de T4 y T3 libre y la presencia de anticuerpos antitiroideos elevados, confirma el diagnóstico. La ecografía tiroidea también puede ayudar a evaluar la inflamación y el tamaño de la glándula tiroides.

Tratamiento de la tiroiditis de Hashimoto

El tratamiento convencional para tratar la tiroiditis de Hashimoto incluye el Eutirox (levotiroxina sódica), un medicamento compuesto por una forma sintética de la hormona tiroidea T4 (tiroxina). Cuando se administra este medicamento se busca reemplazar la hormona tiroidea faltante en el cuerpo para restaurar los niveles y apoyar el funcionamiento normal de la tiroides. Sin embargo, el reemplazo hormonal no aborda ni soluciona lo que causa que la tiroides falle. Es un simple "parche" que enmascara el problema.

Además, sabemos que la hormona tiroidea T4 (tiroxina) no es la hormona que utilizan nuestras células. La T3 es la verdadera hormona activa, mientras que la T4 es la pro-hormona, que debe pasar por un proceso de conversión a T3. Esta conversión es crucial para el funcionamiento adecuado de la tiroides, y por ende, de todos los demás sistemas corporales que dependen de ella. Sin una conversión adecuada de T4 a T3, los síntomas y las complicaciones del hipotiroidismo pueden persistir a pesar de tomar el Eutirox y de tener valores normales de T4.

Desde el enfoque integrativo y holístico, el tratamiento va más allá. En primer lugar, hay que identificar y resolver la causa de base, por lo que no hay un tratamiento genérico, ya que cada caso es distinto. Además de la medicación (que no debe ser excluída, al menos durante el principio), se pueden proponer cambios en el estilo de vida, hacer cambios y ajustes en la alimentación, asegurar de obtener todos los nutrientes que requiere la tiroides para funcionar correctamente y se dé bien esa conversión de T4 a T3, eliminar los alimentos bociógenos (que bloquean la absorción de yodo), la práctica de ejercicio físico específico para acelerar el metabolismo, mejorar el estado de la microbiota intestinal si hay permeabilidad intestinal, mejorar la función del sistema inmunitario y la inflamación sistémica, disminuir los niveles de estrés (el cortisol disminuye la producción de la glándula tiroides), evitar la exposición a tóxicos y disruptores endocrinos, y ayudar a estimular la glándula tiroides a través de algunas prácticas. Además, se puede recurrir a ciertos suplementos naturales que apoyen el proceso.

Prevención del hipotiroidismo

Para prevenir el hipotiroidismo, se debe mantener un estilo de vida saludable y antiinflamatorio, que incluya una alimentación nutritiva y adaptada, ejercicio regular, manejo del estrés, un sueño reparador, contacto frecuente con la naturaleza, evitar la exposición a tóxicos y disruptores endocrinos y mantener relaciones personales de calidad. Además, es importante mantener un seguimiento regular con un profesional de la salud para abordar cualquier problema o alteración a tiempo y recibir el tratamiento adecuado.

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